El foro propone al alcalde y a la corporación que el pleno municipal exprese su reconocimiento oficial a todas las víctimas del fascismo en esta población, su solidaridad con sus familiares y descendientes, su condena del franquismo y del fascismo en todas las formas que adopta y su defensa solemne e irrenunciable de los derechos humanos, la convivencia, la libertad y la democracia.
La solicitud, firmada por el presidente de foro, Francisco J, Hidalgo Carmona, incluye la argumentación jurídica que la avala, un relato de los hechos ocurridos en la ciudad en 1936 y años posteriores y dos relaciones de personas asesinadas por las fuerzas sublevadas contra el orden constitucional republicano. La primera de ellas incluye los 112 nombres, apellidos y la profesión de personas fusiladas de cuyo asesinato el foro tiene constancia documental por las investigaciones realizadas en los archivos municipales y militares y en el registro civil. La segunda son catorce personas cuyos nombres se han descubierto en las entrevistas que el foro ha hecho con familiares de desaparecidos desde que la Diputación de Cádiz, en colaboración con el ayuntamiento, viene trabajando para localizar las fosas comunes del cementerio municipal donde pueden estar los restos de las personas asesinadas.
El foro explica en su solicitud que otros investigadores han conseguido reunir hasta 148 nombres de víctimas mortales en esta ciudad. “En el Libro de defunciones del cementerio de este municipio hay un total de ciento cinco cadáveres sin identificar y ciento once con identificación”, se afirma en el escrito presentado, en el que se añade: “La mayoría de los investigadores aseguran que los fusilamientos durante la época del terror caliente, en la que no se hacían juicios ni se registraban por escrito las órdenes de matar, fueron tantos que para saber la cifra exacta de los muertos hay que multiplicar por tres la conseguida por registros documentales. Por eso decimos que en La Línea los fascistas pudieron asesinar a sangre fría a más de 300 personas”.
El foro argumenta en su solicitud que la atroz violencia ejercida contra el pueblo y la amenaza permanente del pelotón de fusilamiento, la tortura o la cárcel llenaron de terror la vida social de nuestros mayores y casi consigue los objetivos de la dictadura de borrar las huellas de los crímenes cometido en su nacimiento y hacer a la población olvidarse de ellos. En este mismo escrito se añade: “El silencio hijo del miedo, del terror, infectó el discurso político de la transición, corrió un tupido velo sobre los crímenes del franquismo y aseguró la impunidad para quienes planearon y cometieron aquel genocidio. Pero eso no significó el olvido definitivo. Los familiares de aquellos hombres y mujeres asesinadas y hechas desaparecer nunca las hemos olvidado. En el silencio de la larga noche franquista y en la amnésica travesía de la transición, sus mujeres o esposos, sus hijos e hijas, sus nietos y nietas hemos cultivado siempre su memoria y seguiremos haciéndolo. Es un deber nuestro para con ellas y es un deber para toda la sociedad que debe reconocer los crímenes cometidos contra ellas/os, rendirles el homenaje permanente que merecen y necesitan, recordar cuán cruel fue el fascismo y asegurarse de que nunca más se vuelve a repetir”.
El foro basa su petición en los preceptos dedicados a las víctimas y su derecho a la reparación contenidos en la Ley 52/2007 (de 26 de diciembre), conocida popularmente como Ley de Memoria Histórica de Zapatero, y la Ley 2/2017, de 28 de marzo, de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía. La organización memorialista alude también en su escrito al convenio de colaboración del Ayuntamiento de La Línea de la Concepción y el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar firmado el 10 de marzo de 2014.
El foro agradece la colaboración mantenida en materia de memoria desde entonces por las sucesivas corporaciones locales linenses, especialmente la actualmente presidida por José Juan Franco Rodríguez, y espera que el citado homenaje se celebre con la solemnidad necesaria y el espíritu democrático que compartimos con la mayoría de la población linense y campogibraltareña.
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