La gran mayoría de estos terminan en el mar. Desgraciadamente y como puede apreciarse en la foto algunos terminan en el hocico de los delfines. En este caso el ejemplar fue avistado hace 3 años en la Bahía de Algeciras y se intentó todo para liberarlo siendo prácticamente imposible ya que el animal tenía libre movimiento. Después de unos días, dejo de verse en su grupo probablemente porque murió de inanición.
Verdemar y Ecolocaliza recuerdan que el vertedero en el que se han convertido los océanos en las últimas décadas también pone en grave riesgo a los cetáceos: un estudio publicado este mes revela que al menos tres de cada cien muertes de estos animales pueden atribuirse directamente a problemas derivados de comer plástico.
Desde que en 1970 se descubrió por primera vez basura en el estómago de un cetáceo, se han documentado en todo el mundo 462 casos de ballenas, delfines, cachalotes, calderones, etc que habían comido objetos extraños; en la mitad de los casos, plásticos.
Los delfines son los más afectados por los residuos plásticos arrojados al mar. Cada vez es más frecuente verles agonizando en la playa atragantados con una bolsa, en otras ocasiones los delfines aparecen con estos «anillos» en el hocico impidiendo que puede abrir la boca y por lo tanto no poder alimentarse. Otras 33 especies submarinas están amenazadas. Según datos de la ONU, se calcula que en cada kilómetro cuadrado hay unos 18.000 restos flotando. El 80% procede de tierra firme y el resto fue tirado desde los barcos. El mar más contaminado es el Mediterráneo.