“Pedimos que se establezca un Área de Control de Emisiones de Azufre que limite la entrada de buques altamente contaminantes, como existe en el norte de Europa (Mar Báltico, Mar del Norte y Canal de la Mancha). Se trata de naves que utilizan un fuel oíl pesado, 100 veces más tóxico que el diésel que utilizan automóviles y camiones, ya que contiene hasta 3.500 veces más de contenido de azufre. Un combustible que está prohibido en tierra, donde es considerado un residuo peligroso que exige un tratamiento altamente costoso”, señala Verdemar.
Los datos que maneja Verdemar han llegado a la opinión pública a través de las campañas que Ecologistas en Acción realiza en varios puertos europeos. En estas ciudades se realizaron mediciones en las mismas terminales de cruceros y mostraron niveles alarmantes de partículas ultrafinas, uno de los contaminantes más perjudiciales para la salud.
Los buques contaminan el aire, por la acción el viento, esta contaminación se expande cientos de kilómetros tierra adentro, incrementando los problemas locales de calidad del aire. Los contaminantes como partículas, hollín, azufre y óxidos de nitrógeno dañan la salud humana, el medio ambiente y el clima, según los conservacionistas que insisten en que el material particulado, por ejemplo, está relacionado con problemas de salud graves, como enfermedades cardiovasculares y respiratorias, incluidos derrames cerebrales y cáncer que pueden provocar la muerte prematura.
Las cifras de la Comisión Europea estiman que 50.000 personas mueren prematuramente cada año en Europa, debido a la contaminación del sector marítimo, por lo que instan a las capitanías marítimas al control del cumplimiento del convenio de Marpol, incluyendo a los barcos de pasajeros.