La plantilla de CEPSA Bioenergía San Roque (CBSR) ha comenzado hoy martes 5 de noviembre sus acciones de protesta por la actitud de la dirección de la compañía, que se niega a adecuar las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de esta planta acordes a la verdadera actividad que realizan.
Los empleados de CBSR desean hacer público de esta forma su malestar ante la discriminación laboral que siguen sufriendo, tras las continuas negativas de la empresa a firmar un acuerdo que garantice unas condiciones laborales dignas, que sí son reconocidas en puestos similares en el resto de centros de trabajo de CEPSA en San Roque. Como primera medida, los trabajadores y trabajadoras de CBSR han realizado esta concentración desde las 7.00 a 9.00 horas en la carretera de acceso a su centro de trabajo, mientras se plantean nuevas movilizaciones si la empresa continúa negándole sus derechos.
CEPSA Bioenergía San Roque, que se integra en el polo industrial que la compañía mantiene en este municipio junto a la Refinería Gibraltar-San Roque (RGSR) y CEPSA Química Puente Mayorga (CQPM), se encarga de la fabricación de biodiesel, un biocombustible de origen vegetal y bajo impacto ambiental imprescindible para que la refinería cumpla con la normativa referente a la producción final de combustibles.
La planta de fabricación de biodiésel pertenece al Grupo CEPSA desde el 24 de febrero de 2017, aunque desde un primer momento la compañía los incluyó en su área de Comercialización y Distribución (CCP), en lugar de integrarla en el Área Industrial (Petroquímica y Refino) que es la que verdaderamente les correspondería por la actividad que se desarrolla en esta planta.
Tal y como denuncian los trabajadores de CBSR, no existen diferencias en su funcionamiento a nivel operacional con el resto de instalaciones del grupo, pero sí un claro agravio comparativo respecto a las condiciones laborales entre su centro de producción y el resto, ya que CEPSA sigue sin cumplir en CBSR los estándares habituales de la empresa. La plantilla de la planta de biosiésel no entiende el menosprecio que la compañía impone a los trabajadores y trabajadoras del único centro de fabricación de biocombustibles que posee, teniendo en cuenta la situación medio ambiental actual y las leyes vigentes en cuanto a la producción de este tipo de combustibles.