OPINIÓN

La deriva del servicio de Correos

Probablemente no sea una cuestión tan mediática como otras que han predominado en la ciudad en las últimas semanas. Sin embargo, el problema de Correos en San Roque, que se prolonga y agudiza desde la deslocalización del reparto en septiembre de 2020, se torna ya de castaño oscuro.

Tratándose de un servicio público que afecta a todo el municipio, sigue sin que se tomen medidas para atajar el grave deterioro que sufre.

La estafeta de San Roque -de las más antiguas de Andalucía- se ha visto reducida en sus prestaciones desde que la distribución de envíos se centralizara en la vecina La Línea. Ya no existen carteros propios y los retrasos en las entregas alcanzan el grado de alarmantes. Lo que fue presentado como una mejora de la logística ha supuesto todo lo contrario.

En las oficinas de la localidad, las trabajadoras no pueden hacer nada ante las quejas que se producen, pues no cuentan con los medios que sirvan para paliar el problema.

Pruebas médicas que el SAS notifica por carta con suficiente antelación y que son entregadas pasadas la fechas de las mismas, causando un serio quebranto a los pacientes.  Comunicaciones de servicios estatales como el Imserso que llegan fuera de plazo, a pesar de ser remitidas oportunamente. O talonarios médicos de pensionistas de diferentes mutualidades que, dada su tardanza en el reparto, ha obligado a más de un vecino a trasladarse a Correos de La Línea para su recogida.

Del mismo modo, esta lamentable situación hace que sean los propios usuarios los que se personen en la estafeta de San Roque, para interesarse por un esperado envío.

Ponerse en contacto telefónico con el responsable de Cartería, cuyo despacho se halla en La Línea, es tarea ardua. El teléfono puede echar humo sin ser atendida la llamada.

Indefensión y abandono es lo que sufre el municipio respecto de este servicio público. No queda otra, mientas que alguien decida tomar cartas en el asunto, que sea la propia ciudadanía la que inunde de hojas de reclamaciones y quejas los despachos correspondientes, en un intento de enderezar la deriva que el servicio ha tomado.

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