La concentración se ha celebrado en la calle Martinete, en la muralla del arroyo Cachón y justo en frente de donde se plantea la subestación, una zona donde hay varios bloques de viviendas y a apenas 50 metros del Colegio Sagrado Corazón. El alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, se contaba entre los asistentes, así como miembros de los distintos los grupos de la Corporación, y también hubo representación de colectivos ciudadanos, principalmente de Puente Mayorga, Campamento y Guadarranque, las tres barriadas que conforman el Área de la Bahía.
La presidenta de la Asociación de Vecinos Puente Romano, María Jesús García Illescas, leyó un manifiesto en el que se mostraba el cansancio de la zona ante unas instalaciones industriales que no han creado puestos de trabajo pero sí muchas molestias a la población que las soportan a tan poca distancia, por lo que el grito de “¡Aquí no!” se repitió en numerosas ocasiones, coreado por todos los presentes.
Argumentó Illescas que si la subestación no era buena para La Línea, donde se planteó en un principio, por qué lo iba a ser para Puente Mayorga, y pidió a Red Eléctrica que ponga sobre la mesa otras alternativas para proporcionar la electricidad que demanda Ceuta que no impliquen una nueva instalación industrial en la barriada. También subrayó la dirigente vecinal que este proyecto se pretende sacar adelante sin que se haya hecho público ningún estudio de impacto ambiental y sin que cumpla con la normativa urbanística sanroqueña.
Por su parte, el portavoz de la Plataforma en Contra de la Subestación en Puente, Julio Granara, invitó a la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, a que presente el proyecto en Puente Mayorga, en vez de en Cádiz, como se ha hecho hoy mismo. Considera que es necesario que conozca la realidad de la barriada antes de tomar una decisión que podría perjudicar aún más a una zona ya bastante castigada.
También tomaron la palabra representantes de distintos colectivos ecologistas y del Área de la Bahía, quienes reiteraron los argumentos expuestos anteriormente. Principalmente, que el proyecto supone hipotecar el futuro de la barriada, al plantearse a tan poca distancia de la población, y que se pueden buscar alternativas para proporcionar electricidad a Ceuta sin que genere un perjuicio en la zona.
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