Antonio Pérez Girón ha rescatado en su conferencia de anoche, celebrada en la sede de la Asociación Espacio Cultural “Nueva ’63”, la memoria de los años sesenta en San Roque, una etapa que definió como una “década olvidada”, marcada por el contraste entre los primeros signos de desarrollo local y las tensiones derivadas del conflicto con Gibraltar.
El acto incluyó además la inauguración de la muestra “El San Roque de los 60”, una exposición que recoge fotografías, documentos y objetos representativos de aquella época, así como la presentación de los libros del cronista “Plaza de Armas” y “Alameda”, obras que abordan la evolución social y urbana de la ciudad a través de su memoria colectiva.
Según explicó Pérez Girón, los años sesenta fueron una etapa de dualidad en la que San Roque comenzaba a experimentar ciertos avances mientras persistía la emigración y la precariedad. “La vida social se concentraba en torno a la Alameda, donde los paseos, el teatro de aficionados, el cine o las corridas de toros daban sentido al ocio cotidiano”, recordó, subrayando que se trataba de “una juventud que apenas tenía acceso a información más allá de su entorno inmediato”.
Avances locales y un conflicto permanente
Entre los hitos destacados por el cronista figuran la llegada de la televisión y la inauguración del nuevo mercado municipal en 1960, señales del incipiente desarrollo local. No obstante, apuntó que el trasfondo político de la década estuvo profundamente condicionado por las tensiones con Gibraltar.
“El vínculo histórico de San Roque con el Peñón fue —y sigue siendo— inseparable”, afirmó Pérez Girón, quien recordó la participación del municipio en el Comité de Descolonización de la ONU, un hecho que calificó de “clave en la reivindicación española sobre Gibraltar”. También mencionó la instalación del Grupo de Artillería en el acuartelamiento de Buenavista, en Campamento, y la crisis municipal provocada por el intento de La Línea de la Concepción de anexionarse terrenos sanroqueños, que definió como “un claro conflicto territorial entre municipios hermanos”.
El cronista situó además en ese mismo contexto los acontecimientos históricos vividos en la localidad de San Roque. Enumeró entre ellos la reconstrucción de cofradías, la creación del instituto de enseñanza secundaria, el definitivo deslinde entre La Línea y San Roque, la apertura de la Capilla-Museo de la calle San Felipe, y la muerte accidental del joven Antonio Casas mientras trabajaba en la Plaza de la Iglesia.
“Eran años de esfuerzo, precariedad y arraigo —señaló Pérez Girón—, en los que el desarrollo convivía con la escasez y la emigración.”
Escasez y memoria antifranquista
El cronista recordó que los años sesenta estuvieron marcados por la grave crisis de abastecimiento de agua que padecía la ciudad. “Los aguadores, con sus burros cargados de cántaros, recorrían las calles llevando las tinajas a los hogares”, describió. Esta situación, añadió, se agravó tras el cierre de la frontera con Gibraltar, que “golpeó con dureza la economía y el empleo de toda la comarca”.
Pérez Girón rescató asimismo uno de los episodios más silenciados de la historia local: el regreso, en 1966, de Francisco López Morcova, conocido como “Currito”, tras pasar 17 años encarcelado en la prisión de Burgos por sus actividades políticas. “Su historia simboliza la parte olvidada del antifranquismo sanroqueño”, destacó.
El cronista concluyó que los años sesenta fueron “una etapa decisiva en la construcción de la identidad sanroqueña”, donde la modernidad incipiente convivió con las limitaciones de una época difícil. “Fue una década de luces y sombras, de progreso contenido y memoria silenciada —afirmó—, una historia que San Roque no debe volver a olvidar”.
Estanislao Ramírez destaca la trayectoria de Pérez Girón
El periodista Estanislao Ramírez, miembro colaborador de la sección sexta del Instituto de Estudios Campogibraltareños, fue el encargado de presentar al Cronista.
Ramírez intervino en representación del presidente de la Sección VI de Literatura y Periodismo del Instituto de Estudios Campogibraltareños, Juan Emilio Ríos Vera, quien no pudo asistir por un compromiso inaplazable, y subrayó el obligación de la entidad con la protección y difusión del patrimonio cultural campogibraltareño. “El Instituto —recordó— tiene como finalidad servir, rescatar, proteger y potenciar el patrimonio cultural de la comarca en todos sus aspectos, desde la historia hasta la creación literaria”.
Durante su intervención, Ramírez destacó la figura de Antonio Pérez Girón como “uno de los miembros más activos y comprometidos del Instituto de Estudios Campogibraltareños”, y puso en valor su “profundo conocimiento de la historia de San Roque, desplegado a través de su obra y su constante labor divulgativa”.

Ramírez subrayó igualmente la extensa labor periodística de Pérez Girón en distintos medios andaluces como Europa Sur, Noticias Gibraltar, Radio Algeciras y Canal Sur.
La intervención de Ramírez puso en contexto la relevancia de Pérez Girón dentro del panorama cultural comarcal, destacando su doble papel como historiador y divulgador. “Antonio Pérez Girón no solo estudia la historia de San Roque —afirmó—, sino que la vive, la transmite y la mantiene presente en la conciencia colectiva”.
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