La bandera de la República luce junto a la ermita de La Sauceda en la fiesta por su restauración

Un grupo de personas se ha reunido hoy en La Sauceda para celebrar la restauración de la fachada de su ermita, que es, junto a parte de sus muros laterales, lo que queda en pie de ella.

Pertenecientes al Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar y la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en La Sauceda y El Marrufo y la Asociación Casa de la Memoria, estas personas han desplegado las banderas de la República junto a la fachada de la ermita, símbolo para ellos de la lucha que desarrollan en pro de la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas del fascismo. Entre los asistentes estaba Juana Barreno Ruiz, vecina de Jimena de la Frontera que acaba de cumplir 86 años, dos de cuyos hermanos fueron bautizados en la ermita en 1935 y que es hija y sobrina de dos personas fusiladas por las tropas franquistas en el vecino cortijo del Marrufo.

La ermita, que está en ruinas desde que fuera bombardeada junto al poblado por la aviación franquista el 31 de octubre de 1936, sufrió el embate de las lluvias de los meses de enero y febrero pasados, lo que agravó su estado ruinoso, especialmente de la espadaña, que amenazaba con caerse al suelo. El foro dio entonces la voz de alarma ante las autoridades de Cortes de la Frontera, municipio en cuyo término está La Sauceda, y su alcalde, José Damián García Berbén, visitó el lugar y tomó las decisiones oportunas para poner remedio a la situación. El alcalde pidió la colaboración del foro para localizar a una empresa experta en rehabilitación de edificios antiguos, solicitó un presupuesto, lo aceptó y ordenó que comenzaran las obras. La empresa Anilán, de Jimena de la Frontera, es la que ha llevado a cabo la restauración del edificio y ha devuelto a su fachada un aspecto muy similar al que tenía en 1923, año en que fue construido.

Cuatro albañiles han trabajado en la reforma del edifico desde abril pasado. Han reforzado las partes más débiles de la fachada de la ermita y para ello han usado piedra, ladrillo y un mortero especial. Todos han sido elementos arquitectónicos similares a los de la construcción originaria que han servido para reforzar o reponer molduras, ladrillos y las columnas del arco central que adornan la espadaña. También han limpiado y reforzado minuciosamente otros dos elementos decorativos de la espadaña: el que indica la fecha de la construcción, 1923, y uno con forma de letra griega lambda. Han utilizado, también, ladrillos macizos para reforzar los laterales de la fachada e impedir que el agua vuelva a erosionar esta parte del edificio. La pintura que han usado para dar color a la fachada es orgánica, de colores blanco y ocre. Es el mismo tono de color que tenía cuando se construyó la ermita en 1923.

Andrés Rebolledo, presidente del foro, ha explicado los asistentes a la fiesta campestre que “la ermita sigue y seguirá siendo uno de los elementos más singulares de este lugar, símbolo de la resistencia que frente al fascismo hicieron el comité de defensa y la población de La Sauceda”. Y añadió: “Hoy la ermita es y seguirá siendo emblema de la asociación de la Casa de la Memoria y de la Asociación de Familiares Represaliados por el Franquismo de La Sauceda y el Marrufo”.

Rebolledo expresó el agradecimiento público de las asociaciones memorialistas al alcalde y el Ayuntamiento de Cortes de la Frontera por la rapidez y diligencia con que han actuado en este caso. También ha alabado la profesionalidad de los albañiles que han trabajado en la restauración y ha añadido que el alcalde de Cortes medita si reconstruir todo el edificio, devolverle sus techos y transformar su interior en un lugar donde contar a los visitantes de este hermoso paraje toda la historia de La Sauceda.

Rebolledo recordó también que el Foro por la Memoria abrió en 2016 la Casa de la Memoria La Sauceda, en Jimena de la Frontera, por la que han pasado ya miles de personas interesadas en conocer mejor el pasado, o en expresar su solidaridad con quienes trabajan por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas del fascismo. Añadió que personas pertenecientes al foro enseñan la casa a los visitantes a quienes, algunas veces, acompañan al poblado de La Sauceda. La restauración de la ermita añade a partir de ahora un atractivo para quienes visitan el lugar y quieren conocer sobre el terreno las terribles experiencias sufridas por los habitantes de La Sauceda y los vecinos de otros pueblos y ciudades que allí se refugiaron durante la guerra huyendo del fascismo.

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