Keith Bensusan: “Gibraltar es un sitio ideal para fotografiar las rapaces que llegan cansadas desde África”

El director del Jardín Botánico, que participará en la Feria de la Naturaleza de Huerta Grande, afirma que el Peñón recibía turismo ornitológico hasta cuando la frontera estaba cerrada

Texto: J.M.L.M. / Foto: Sócrates León | Algeciras

Keith Bensusan aún no ha cumplido los 36 años y desde 2011 dirige el Jardín Botánico de Gibraltar, toda una institución en la sociedad gibraltareña que el próximo 14 de abril cumple dos siglos. Bensusan se doctoró en zoología en la Universidad de Leeds y tiene amplios conocimientos de historia natural, aves, plantas o insectos. Preocupado por la conservación de los lugares de alto valor ecológico, forma parte del Consejo de Conservación de la Naturaleza, la Autoridad Científica de Gibraltar y la Comisión de Planificación y Desarrollo de la ciudad. Y desde que era un niño es miembro de otra de las organizaciones más prestigiosas del Peñón: la Sociedad de Ornitología e Historia Natural de Gibraltar, GONHS por sus siglas en inglés. Bensusan será, el sábado 19 de marzo, uno de los ponentes de la Feria de la Naturaleza que organiza el Proyecto Migres en Huerta Grande, Algeciras. En su despacho del Jardín Botánico tenemos esta conversación.

Su intervención en la Feria de la Naturaleza de Huerta Grande llevará por título Cincuenta años de seguimiento de migración en Gibraltar. ¿Cuán antigua es la afición a la ornitología en el Peñón?

La ornitología es casi tan antigua en Gibraltar como la presencia británica. Aquí se hicieron importantes descubrimientos sobre avifauna y migraciones en los siglos XVIII y XIX. En el XVIII Gilbert White, autor de la Historia Natural y Antigüedades de Selborne, y uno de los padres de la ornitología británica, contaba con un buen aliado en su hermano, John, que vivía en Gibraltar y le escribía cartas con información detallada sobre las aves que vivían o pasaban por aquí y que sirvieron a Gilbert para demostrar sus teorías sobre las migraciones. En el siglo XIX el ornitólogo escocés Howard Irby hizo aquí en Gibraltar y en toda la zona del estrecho, la serranía de Ronda y la laguna de la Janda investigaciones muy interesantes. En el siglo XX, a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta ocurre un fenómeno muy curioso: La ornitología deja de ser algo reservado a los militares y aparece un grupo de jóvenes civiles gibraltareños que podemos considerar los pioneros de lo que hoy es el la Sociedad de Ornitología e Historia Natural de Gibraltar, como Clive Finlayson, Ernest Garcia, John Cortes, Mario Mosquera y Charlie Perez.

-¿Y cómo se inició Keith Bensuasan en el estudio de las aves?

La verdad es que llevo toda mi vida ligado a la ornitología. Siempre me han gustado los animales y recuerdo que a los cinco años me regalaron un libro sobre las aves de Gran Bretaña. Yo pensaba que fue entonces cuando nació en mí la afición, pero mi madre me dice que no, que el libro me lo regalaron porque ya antes me gustaban los pájaros. A los ocho años me hice socio del GONHS y desde entonces vengo observando aves. Estudié zoología en la Universidad de Leeds y además de ornitólogo me considero botánico y entomólogo.

¿Qué significa Gibraltar en el contexto internacional de la ornitología?

Gibraltar es muy importante en ese contexto. El estrecho y toda la zona es un punto de referencia para los ornitólogos de todo el mundo. Y dentro del estrecho, Gibraltar siempre se ha conocido porque es uno de los lugares claves para el paso y las migraciones de rapaces, planeadoras, paseriformes o aves marinas. Gibraltar es una lanzadera y también un lugar de llegada y descanso para las aves que vuelven.

¿Cuáles son aquí los mejores lugares para la observación de las aves?

Depende la especie y la época del año. Para observar las rapaces que vuelven, Jews Gate, la Cancela de los judíos, es un sitio ideal que está a la entrada de la reserva natural del Peñón. Está a mitad de altura de la Roca y es ideal porque la rapaces que llegan vienen cansadas, volando a media altura y acosadas por las gaviotas.

¿Qué rapaces se pueden ver en Gibraltar?

Las mismas que en Tarifa: milano negro, halcón abejero, águila calzada, águila culebrera, buitre leonado, alimoches y aguiluchos, por ejemplo. Luego también algunas especies más escasas como el halcón borní, o el halcón de Eleonor. Sin embargo las cigüeñas blancas suelen evitar el Peñón. En Tarifa se llegan a contar más de 120.000 en una temporada pero aquí sobrepasan por poco el centenar. Si el viento no les conviene para cruzar por Tarifa prefieren esperar antes que hacerlo por Gibraltar.

Lo que sí pasan por aquí son muchas aves marinas. ¿Cuál es el mejor sitio para verlas?

Para las aves marinas el mejor sitio es Punta Europa, el extremo sur del Peñón. Las aves marinas no cruzan de Norte a Sur, ellas entran o salen del Mediterráneo en sus migraciones. Algunas vienen a criar al Mediterráneo y luego salen. Algunas llegan hasta el Brasil y otras suben hasta Gran Bretaña. Algunas especies nos visitan desde el norte del Atlántico mientras que otras, como algunas pardelas, se reproducen en el Atlántico Sur y luego visitan el Norte cuando llega su invierno que es nuestro verano. Aquí se ven muchas pardelas cenicientas e incluso la pardela balear, que es una especie vulnerable e incluso en peligro de extinción.

¿Y las paseriformes? ¿Cuáles son las más frecuentes y dónde se les puede ver?

Las paseriformes las podemos encontrar en todas partes, incluso en los jardines de la ciudad, porque vienen en grandes bandadas. A veces las concentraciones de pajarillos son tan grandes que se cuentan por miles. Aquí podemos ver, por ejemplo, el colirrojo tizón, el petirrojo, los mosquiteros, las bisbitas, los zarceros, o las currucas. En Jews Gate tenemos una estación de anillamiento y allí anillamos a miles de aves al año. Venimos haciéndolo desde el año 92 sin interrupción.

¿Es Gibraltar un destino importante para el turismo ornitológico?

En Gibraltar siempre ha habido turismo ornitológico. Aquí venía gente a observar aves incluso cuando estaba la frontera cerrada. De Gran Bretaña siempre han venido ornitólogos a ver determinadas especies que no se pueden ver en otros sitios de la Europa continental. Es el caso de la perdiz moruna, un ave que vive aquí todo el año y que probablemente fue introducida en el siglo XVIII. Lo mismo pasa con el cormorán moñudo. Tenemos aquí cinco o seis parejas que forman la única población del Sur de la Península. Además en Gibraltar hay unas seis o siete parejas de halcón peregrino. Los ornitólogos que nos visitan también aprecian mucho la facilidad que da el Peñón en los días de poniente para ver la migración de las rapaces. Es ideal para hacerles fotos por la altura a la que vuelan, muy cercana a la posición de los observatorios.

¿Cómo es vuestra relación con los ornitólogos y grupos similares al GONHS del Campo de Gibraltar?

Tenemos muy buenas relaciones con todos los ornitólogos y grupos de la zona. Cuando se abrió la frontera rápidamente formamos lazos con el Grupo Ornitológico del Estrecho, GOES, y luego con Cigüeña Negra o con el Proyecto Migres. Una de las cosas que me llama la atención es que cuando yo era pequeño y salía al campo por la comarca nunca veía nadie observando aves, jamás me encontraba a un solo ornitólogo. Pero ahora son muchísimos, cada vez hay más. Esto es algo muy positivo, buenísimo para la educación ambiental de las personas y para la conservación de las aves.

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